miércoles, 8 de agosto de 2007

Santiago, julio 2007. Informe

2º Viaje a Santiago. Julio 2007

Llegamos a Santiago, el 19 de julio a la mañana. Ya habíamos tenido oportunidad de estar en otras ocasiones, una, formando parte de el Equipo del Plan de Alfabetización y en otra para trabajar exclusivamente con nuestros compañeros.
Nos recibió, el compañero Ramón Sánchez referente político de la FTV provincial, y luego de tomar unos mates y tratar de ambientarnos lo más rápido posible, salimos al encuentro.
Un comedor del barrio Ejército Argentino, ex Contreras- porque eran tierras del viejo Contreras- el mas grande de los barrios de Santiago. Allí funciona uno de nuestros centros de Alfabetización, con Alicia como AR[1]. Ese día se cobraba el Plan Jefas y Jefes, así que no estarían presentes todos los AO. Estaban presente también, la coordinadora de Alfabetización de FTV, la compañera Carla Goitea.

Nos encontramos con AO jóvenes, de 18 y 14 años de edad, que estaban viendo la forma de seguir estudiando. Aquí ya tenemos una pista de la realidad con la que estamos trabajando. Diversidad en edades e intereses de las personas que integran los centros de alfabetización.

Asado de por medio, nos mandamos para el encuentro de alfabetizadores, que se realizaría en el local de la CTA, espacio al que la FTV le está dando vida con distintas actividades.

Uno de los temas que surgió, creo que el primero, es el del “fracaso”, expresión de una AR, haciendo referencia a las dificultades que conlleva sostener los centros de alfabetización. Indagando más sobre este tema, nos dimos cuenta de que aunque los AO ya no participaban en el centro de alfabetización, de todas formas quedaban ligados a otras actividades de la organización. Surge así la pregunta ¿cómo y desde dónde evaluamos la tarea que estamos llevando adelante? ¿Los parámetros del Plan de Alfabetización son los adecuados para evaluar-nos? En primera instancia, el Plan de Alfabetización funciona con parámetros que no se adecuan a la realidad de nuestras prácticas, ya habíamos reflexionado en anteriores oportunidades sobre “la pobreza de la guía” (como decía una compañera AR) y qué “los tiempos no nos dan”. Por otro lado, pregunta central: ¿Para qué alfabetizamos? ¿Qué es la Alfabetización en el marco de la Educación Popular? Para nosotros, la Alfabetización es un momento en el proceso del proceso de Organización Popular, que puede o no coincidir con los tiempos del Plan de Alfabetización. Estas reflexiones las abordaremos en futuros textos.
Otra de las cosas que pudimos observar, es la gran necesidad de los AO de contar su experiencia, de transmitir su saber… nos preguntamos como dar espacio a esta necesidad, y nuevamente surgió el tema de los tiempos. Dice un amigo educador que la educación popular es primordialmente oral, hasta la lectoescritura aparece como necesidad. ¿En qué momento, nos encontramos? ¿Hay lugar para pensar los tiempos de esta forma en el Programa de Alfabetización? ¿Cuáles son las necesidades que expresan los AO?
A medida que vamos avanzando, buscamos la forma de superar estas contradicciones, de forma que el Programa se vaya nutriendo de la práctica real y concreta del territorio. Repensando estas cuestiones para dar respuesta a los problemas y necesidades reales.

Una de las cosas que fuimos impulsando para seguir desarrollando, dentro de nuestras ideas de intercambio de saberes, es la de aprovechar la valiosísima experiencia de los AO, en distintos rubros, para que ellos mismos puedan enseñar a otros compañeros. Como fue el caso de Doña María experta tejedora. La anécdota es que esta abuela, al recibir en su casa a Alicia, se emocionó tanto que terminó hospitalizada. Nos comentaba cuando estuvimos en su casa, que su madre le había negado abiertamente la posibilidad de ir a la escuela, hecho que le produjo un trauma durante toda su vida. Nos encontramos reflexionando con ella, como esto marcaba un modo de pensar y de proceder que tiene sus raíces en la exclusión que desde siempre sufren los sectores populares.


Al día siguiente, viajamos para Añatuya a 200 Km. de la ciudad de Santiago. Fuimos recibidos por la familia de la compañera Rosa, quienes junto a los alfabetizadores y otras personas interesadas nos esperaban. Mientras tanto… las empanadas se calentaban en el horno de barro.
Una pregunta que nos sorprendió por parte de una AR y dio comienzo al debate del encuentro fue:
¿Quién nos controla?
Nuevamente nos encontramos reflexionando sobre los objetivos del Programa de Alfabetización y los acuerdos y contradicciones con nuestros objetivos como FTV.
Entre todos, no solo fuimos transmitiendo, sino también discutiendo tanto el mensaje de alfabetización como nuestra impronta política, con los participantes de los encuentros, quienes nos devolvieron sus inquietudes.
En la tarde y sin respiro, nos dirigimos nuevamente a la ciudad de Santiago al centro de Alfabetización de la compañera Mónica. Comentamos una anécdota que es la mejor ilustra lo que aprendimos en nuestro paso por allí.
Mientras charlábamos Don Ríos se mantenía escuchando atentamente sin intervenir, charlando aparte con un compañero. Finalizando la jornada, se arrimó al fogón y realizó una síntesis contundente de todo lo que veníamos debatiendo con los AO:
“a nosotros nos explotaban porque éramos todos analfabetos”
Refiriéndose a sus años de duro trabajo como ex peón de los ingenios de Tucumán. Hoy, se encuentra sufriendo las consecuencias de la explotación, sin jubilación y marcadas secuelas en su cuerpo.

Tuvimos la suerte de estar presentes en los festejos del aniversario de la Ciudad de Santiago, este año el numero 454. Invitamos a los compañeros a que nos cuenten de sus fiestas populares, teñidas de un gran encanto.

Traemos de estos días de trabajo un invalorable cúmulo de experiencias. Valoramos como la organización permite el desarrollo personal y militante de cado uno de los compañeros y personas que se acercan, desde AR sin los estudios primarios completos, hasta estudiantes universitarios que buscan espacios de participación popular.

Pudimos ver el crecimiento de los compañeros gracias a la capacidad y la impronta de funcionar en equipo, y delegar tareas. Nos transmitió esperanza y alegría el ver tantos compañeros jóvenes que suman su fuerza y saberes a nuestro proyecto político. Al mismo tiempo rescatamos la presencia de compañeros con basta militancia que apoyan todo tipo de iniciativa de los compañeros sin medir esfuerzos ni obstáculos.

Como Equipo sostenemos que tenemos la responsabilidad de seguir respaldando a los compañeros en la tarea, de forma de afianzar los vínculos y la formación a nivel político y técnico. Y esto no lo decimos como un simple enunciado, sino porque es justo y necesario. Y tampoco lo decimos desde el lugar de los que saben, sino desde el lugar de quienes hemos aprendido de la experiencia de los compañeros que día a día están trabajando en el territorio.

[1] De aquí en adelante la sigla AR se refiere a alfabetizador/a y la sigla AO a alfabetizando/a

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